ÁLVARO ATLANTE

Que lo romántico sea chicle, que se mastique sin mal trago, que se haga pompa que rompe y vuelve a su forma, que te deje la boca centrifugada, con sabor a fruta limpia. Que el arte sea calle y generosidad, que la guitarra tenga terminaciones nerviosas que al cuerpo escapen, que los flechazos sean notas, que las dianas tengan letras. Él es el talento sin más pretensión que ser, la cercanía que hace hueco en el sofá, el sofá que nada pide por descargarte de todos sus pesos. Algo así sería escucharle si con palabras muteadas pudiera describirse. Él tiene apellido de vuelo, de geografía cambiante y de agua. No te pierdas la oportunidad de viajarlo.

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