ANJEL COLLADO

El maestro paridista viene a los escenarios a enseñar que la cultura de barrio importa, porque aunque ya no nos tocamos el timbre para jugar al balón seguimos queriendo hacer recreo en nuestros patios. Puede que haya que tener una cifra de seis dígitos de seguidores o un carnet de un partido para que se abran ciertas puertas, pero las hay giratorias sin rodeos, honestas sin cerrojos, y él tiene la huella facial, la del gesto espontáneo, que es llave en todas. Él tiene la calle por patria y su cerebro microfonado por bandera. Tiene en la cabeza velocidades de coche de Fórmula 1 puenteado, ideas de respuesta inmediata pero consumición lenta. Ignatius Farray dijo una vez que la risa es el camino más corto entre dos personas. Gracias Anjel por andar el tuyo a nuestro lado, porque nada es tan serio como esa tontería que te hace sonreír y te arregla el día.
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